En cuestiones afectivas, todas las mascotas son un integrante más de toda familia. Ya lo son incluso en términos normativos. Sea un perro o un gato, alguno de los animales más comunes en los hogares españoles, muchas familias cuentan con una mascota en su hogar. El contar con un animal doméstico conlleva una serie de compromisos, tanto a niveles legales como veterinarios. Es decir, si un ser humano acude a hacerse sus revisiones, también lo deberán hacer nuestras mascotas, acudiendo a su veterinario de confianza, el cual deberá disponer de los materiales veterinarios necesarios para ofrecer un notable servicio a su paciente.
Como sucede en el caso de un ser humano, ningún propietario de una mascota deberá automedicar a su mascota salvo que cuente con algún tipo de directriz del veterinario; estos profesionales serán los encargados de cuidar y velar por la salud de nuestras mascotas. Ellos cuentan con los conocimientos necesarios para hacerlo y porque cuentan con el acceso necesario a todos los medicamentos y materiales necesarios para que todas las mascotas gocen de una gran salud. De hecho, entre todas las profesionales, aquellos que cuentan con las licenciaturas correspondientes en medicina veterinaria están muy valoradas socialmente.
Los veterinarios saben dónde encontrar todos esos recursos y materiales que necesitan en el desarrollo de su actividad. Además de asistir a congresos y ponencias; de continuar formándose en nuevas técnicas y estudios médicos; informarse sobre nuevos estudios científicos, todo veterinario debe contar con un vademécum veterinario entre sus recursos.
Fármacos, productos de higiene y de alimentación
¿Y qué es un vademécum? Estamos ante un elemento indispensable en todo veterinario, que deberán encargarse de disponer de acceso a un vademécum, ahora en términos digitales. Básicamente, esta herramienta es un acceso a una búsqueda de los medicamentes que necesita un veterinario. Se pueden filtrar según la tipología del fármaco: antiparasitarios, analgésicos o antibióticos (hay muchos más); o bien por la especialidad a tratar veterinariamente: cardiológica, renal o neurológica, entre otras muchas. El acceso a esta información es tan esencial como solicitar aquellos medicamentos que necesitan en ese momento en la clínica.
Entre las funciones de un veterinario, éstas no se circunscriben a sus labores médicas, sino también a la orientación sobre el uso de determinados complementos (productos de higiene, especialmente), artículos relacionados con vacunaciones o alimentos (importante que el veterinario establezca un plan de salud de nuestra mascota) que también desempeñan un protagonismo activo en la salud de nuestras mascotas. Esta serie de productos, o bien se pueden encargar a las empresas del sector o adquirir en las tiendas especializadas siguiendo los consejos dados por el veterinario.
La labor del veterinario debe ser precisa y trasmitir esa confianza necesaria que demanda el dueño de la mascota; motivos suficientes para no prescindir de ninguno de los artículos mencionados anteriormente en las clínicas que regentan. Aunque no sean artículos, siempre será también contar con una serie de folletos informáticos sobre aspectos básicos en el cuidado de una mascota: desde consejos alimentarios hasta elementos cruciales como la vacunación o desparasitación.